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“Para innovar hay que sacar a la gente de los lugares donde está cómoda”

Crear valor económico a partir de US$ 5 en solo dos horas o darle todo el valor imaginable (no monetario) a un posit o a un elástico, son parte de los ejercicios que Tina Seelig ha planteado a sus cientos de estudiantes del Stanford Technology Ventures Program (STVP), donde esta doctora en neurociencia enseña a emprender e innovar.

Invitada por Endeavor y el Consejo Asesor Empresarial de Puerto Montt, la connotada académica se presentó ante profesores y estudiantes de la Universidad San Sebastián, donde planteó su modelo de aprendizaje “T”, que se basa en la resolución de problemas mediante la innovación, emprendimiento y creatividad, formando habilidades básicas que luego permitirán profundizar los conocimientos en otras disciplinas.

“Para aprender a innovar hay que sacar a las personas de los lugares de confort donde están satisfechas. El aprendizaje es emocional, por eso necesitamos generar experiencias”. Como las que hace vivir a sus alumnos, quienes en grupos de trabajo, buscan soluciones a problemas planteados.

“Nunca doy tareas donde yo tenga las respuestas, los estudiantes no necesitan escucharme a mí, sino que deben ser ellos quienes las busquen”. Subraya, que en el mundo de los negocios, “a nadie le pagan por solucionar un no problema”.

Las innovadoras respuestas que sus alumnos han dado a los más diversos desafíos, le han permitido concluir que se aprende por experimentación.”Experimentar es, muchas veces, un mejor ejercicio que realizar el plan de negocios de un emprendimiento”.

El modelo de Seelig se ha traducido en un Torneo de Innovación al interior de la Universidad de Stanford, el que en su primera versión tuvo a 17.000 participantes y que posteriormente se convirtió en el Global Innovation Tournament Organized (Torneo Mundial de la Innovación): El evento reúne a equipos que se reparten por todo el mundo buscando crear el mayor valor e impacto en ocho días.

El fracaso

Clave en el modelo de aprendizaje de Seelig es el fracaso. Como parte de los ejercicios que realiza en sus clases, pide a los alumnos que escriban un listado de sus fracasos (emocionales, laborales, estudiantiles), porque en el ejercicio de innovar “no todo funciona. El fracaso es un momento muy importante para el aprendizaje, porque sino fracasamos, no tomamos los suficientes riesgos”.

Pero ¿cuánto riesgo asumir? “Hay muchos tipos de riesgo, emocional, social, intelectual, afectivo, pero los emprendedores no tienen la perspectiva del riesgo, ellos lo manejan, y una forma de hacerlo es construyendo modelos a escala que permitan controlar el riesgo. Emprender debe ser una labor organizada”, aseguró.

¿Las empresas pueden ver un riesgo en que sus empleados innoven, por ejemplo, con la conformación de spin off que resten peso a la organización? No, las compañías deben motivar el emprendimiento, deben poner incentivos para tener gente innovadora y no castigar el fracaso, porque así no liderarán los cambios”.


http://www.endeavor.cl/2009/12/07/tina-seelig-para-innovar-hay-que-sacar-a-la-gente-de-los-lugares-donde-esta-comoda/

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