martes

Musas

Antes de que los humanos inventáramos el Yo, hubo otros repliegues en la subjetividad humana, lo que los investigadores llaman el periodo urobórico, mágico o tifónico de la humanidad que puede resumirse en que fue una época arcaica de la evolución de la mente humana que duró eones de tiempo donde el hombre no sabia que el pasado existía, tampoco el futuro ni por supuesto un registro interior o subjetivo de los acontecimientos excepto -claro está- aquellos vinculados a la simple supervivencia. No había para el hombre tifónico separación alguna entre mente y cuerpo. El hombre tifónico era un hombre atemporal.

Hasta que:

Descubrió la ausencia, la muerte y la pérdida. Fue entonces cuando el hombre inventó la aflicción, la pena y la nostalgia.

Y la aflicción dividió el mundo sensible en dos partes: una cognoscible y otra incognoscible.

El hombre tifónico inventó el inconsciente en esta bifurcación y alli en ese sotano de la mente enterró el caos.

Naturalmente para que emerja tristeza o aflicción por una pérdida esta debe de ser lo suficientemente significativa y además debe ser reconocida, debe ser dolorosa, de otro modo la pérdida de un congénere o pariente pasaria inadvertida. Significa que la emergencia de esta emoción tuvo que estar ligada a una cierta maduración de los procesos cognitivos, no deberiamos llamarle sino amor, sin amor no es posible hablar de pérdida. ¿Quien sufriría por una pérdida si no es de alguien querido?, alguien por lo menos necesario, útil para la supervivencia del otro.

Es muy posible que el amor en sus comienzos fuera una simple emoción instrumental al servicio de la supervivencia aunque neurobiológicamente vinculada al apego. Es muy probable además que el amor de la madre por sus crias operara como un atractor y dimensionara en su comparación al resto de posibilidades que tiene el amor de manifestarse.

Lo femenino y el caos son la misma cosa y es precisamente eso lo que se ocultó en el inconsciente.

Los dragones-serpientes fueron sepultados y Marduk paso a ser su guardián, junto con los otros Marduks sicréticos que las diversas leyendas inventaron ad hoc, pongo el caso de S. Jorge.

Pero el que inventó la aflicción por reconocimento de la desaparición del otro no sabía que estaba inventando además el tiempo y dividiendo su universo sensible en “aquello que sucedió y que ya no está” de aquello “que es ahora” y el porvenir, “aquello que será o podrá ser”, introduciendo lo probable como modulador de lo imposible y precursor de lo imaginario. La primitiva escisión en la conciencia humana tuvo que venir de la mano del reconocimiento de una perdida dolorosa para un Sapiens, un hijo quizá una pareja, alguien que partió a un lugar desconocido pero donde la reunión será posible, quizá en ese futuro, es por eso que los cadáveres pasaron a formar parte de lo sagrado y el enterramiento ritual una costumbre que distingue lo humano de lo animal.

Y estuvo asi servido el primer culto humano: el culto a los espiritus o animismo. Los espiritus de los que se fueron son presencias constantes y es por eso que S. Patricio inventó el purgatorio: al parecer los pueblos celtas (la evangelización de Irlanda) no hubiera sido posible sin el concurso del purgatorio, un lugar de paso donde los fallecidos comparten ciertas propiedades de la realidad con los vivos y los muertos..

Desde entonces el mundo ya no pudo ser igual, habia una suprema e irreversible separación entre lo que se perdió y lo que se podrá recuperar. El hombre tifónico inventó así lo imposible y necesitaba de otros inventos para explicarse ese mundo bifurcado que en realidad habia emergido de su peripecia psicológica que transfirió lo imposible -en realidad lo reprimido- al campo de lo incognoscible y lo posible a su imaginación.

Fue asi como el hombre inventó a Dios y secundariamente al alma, inventó una cosmogonia y de paso se protegió de lo inesperado y de la incertidumbre con las primeras leyes que gobernaron su mundo en constante crecimiento y con constantes formas de mantener excedentes alimentarios, inventó la agricultura y apareció el culto a lo sagrado, encarnado en los procesos de fertilidad de la tierra, probablemente las deidades primitivas fueron diosas de la fertilidad, protectoras de las cosechas y más concretamente de los cereales y que reclamaban atención desde su exilio subterráneo.

Apareció así el hombre mítico de donde proceden esas figuras que han llegado hasta nosotros con el nombre de psicopompos, es decir mediadores entre el hombre y Dios, que es lo mismo que decir los mediadores entre lo humano y lo imposible, lo incognoscible o lo desconocido.

La función psicopómpica es pues una función de mediación entre lo humano y lo sagrado.

Y fueron necesarios muchos mediadores, uno para cada función, para cada tarea.

Asi:

Hermes (Mercurio), es el principal psicopompo, un Dios hijo de Zeus y de Maya, a el le toca la tarea desagradable de acompañar a los muertos hasta el mundo de abajo, aunque para hacer bien de su función precisa de otros tres compañeros: Hipnos, Morfeo y Tanatos, los tres hermanos intervienen previamente a Hermes. Hipnos prepara al sujeto para el sueño y le inmoviliza, Morfeo que le sumerje en un profundo sueño y Tanatos que separa el alma del cuerpo, es entonces completada la secuencia cuando Hermes sale al paso en su función de transporte del alma al Hades.


Hoy ya no usamos de estos hibridos psicopómpicos sino que describimos las fases del sueño segun nos ha enseñado la neurociencia: fase REM y no REM, sueño profundo, sueño paradójico, etc, los humanos nos quedamos sin mediadores el dia en que la ciencia inventó para ellos nuevos nombres: autoestima, autoconciencia, mente, asertividad, decisión, etc,

El hombre quedó solo frente a los sagrado con la unica ayuda de su razón.


Porque ya no estamos en el pensamiento mitico sino en el pensamiento egoico o racional, todo lo hemos fiado a nuestras posibilidades fácticas, dependemos demasiado de nuestro Ego pues ya nadie cree en los mediadores, en las hadas, las ninfas, los sátiros, los demonios, los ángeles, de todos estos personajes ya solo nos quedan si acaso unos pocos a los que seguimos adorando y cuyos designios nos resultan implacables, me refiero al Amor (Eros) siempre irracional y a las Musas, esas mediadoras entre la creatividad, el talento individual y la creación, un proceso que hasta ahora se ha mostrado esquivo para la ciencia, aun hoy no sabemos en qué consiste la creatividad como tampoco sabemos por qué amamos.

En estos post intenté analizar esta cuestión:

Arte, ideales y cerebro

Neuroarte y neuromusica

Eros es tambien un psicopompo tal y como describi en el post anterior a propósito del mito de Poros y Penia y quiero referirme ahora a las Musas, los otros psicopompos que aun sobreviven a nuestra conceptualización del mundo gracias al concepto de “inspiración“, en el que cree una gran parte de la población que sigue pensando en que el trabajo del artista, del cientifico o del reformador le viene revelado desde algún lejano y desconocido lugar por un duende, un Dios en cualquier caso un numen, algo relacionado con lo sagrado.

¿Los sueños y la creatividad surgen o descienden de algun lugar?

Los hombres de talento creador han corporeizado esa mediación en alguien concreto, a la que han convertido en su musa particular, una especie de amante, enfermera, gestora, marchante o mujer fatal benefactora, cada cual la ha elegido entre sus potenciales admiradoras, pues la Musa es precisamente eso una persona que comparte, acompaña, impulsa y gestiona o administra el talento de su admirado artista y comparte con él ese vuelo en busca de la verdad que sólo el arte o las ideas pueden transitar.

Hay que diferenciar a las musas de otro tipo de asistencias terrenales y pongo el caso de Verdi, viudo desde su juventud, se emparejó muy pronto con Giuseppina, una soprano con una oscura vida anterior que a la sazón se convirtió en su esposa. Giuseppina no era la musa de Verdi sino su compañera sentimental pues carecia de ese talento propio de las hadas que la impulsara a seguir la estela creadora del maestro, asi y todo Giuseppina desempeñó perfectamente el papel de esposa y de gestora de sus bienes y obra.

Giuseppe Verdi escribió precisamente una obra acerca de la nostalgia. Me refiero al “Coro de los esclavos” de Nabucco, en esta pieza Verdi habla de la pérdida , en este caso de la pérdida de la patria por los esclavos hebreos cautivos en Egipto, habla Verdi de los psicopompos que rescatan a través de la nostalgia un pasado que se perdió pero que mantiene su vigencia como referente de todo un pueblo. Y lo hacen posible a través del pensamiento: “Va pensiero, sur ali dorate“. Para oir después de entender que para Verdi los pensamientos vuelan y recorren el mundo en busca de su consumación.


La musa de Lewis Carroll fue esta pequeña Alicia inspiradora de toda su obra “Alicia en el pais de las maravillas y “Alicia a través del espejo”. Una obra maestra para estimular la imaginación y la lógica de los niños de todos los tiempos.


http://labrujitademargarita.blogspot.com/2009/12/musas.html

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