miércoles

"Para entender a otra persona debemos inferir"

Susanna Carmona, investigadora en Neurociencia Cognitiva


Susanna Carmona coordina el grupo de investigación en Neurociencia Cognitiva de la Universidad Autónoma de Barcelona. Su trabajo se divide en dos partes. Una primera es de investigación y estudia patologías psiquiátricas como la esquizofrenia o el autismo, dos trastornos en los que la neurociencia social, de la que habló ayer en el Centro Cultural de Ibercaja, tiene "muchísimo" que ofrecer. El segundo fin es "crear el vínculo entre neurociencia social y cómo los mecanismos biológicos influyen en los sociales y viceversa".




O. ISARRE18/11/2009

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HUESCA.- La neurociencia social es una ciencia "relativamente joven" que "estudia los mecanismos biológicos que influyen en las relaciones sociales y cómo éstas pueden moldear determinados aspectos biológicos", explicó Susanna Carmona, coordinadora del grupo de investigación en Neurociencia Cognitiva adscrito a la Universidad Autónoma de Barcelona, que ayer impartió la conferencia "El cerebro social" en el Centro Cultural de Ibercaja en Huesca. Fue en 1992 cuando el término apareció por primera vez de la mano de los investigadores estadounidenses John Cacioppo y Gary Bernston, que postulaban "relacionar los aspectos biológicos y sociológicos con las relaciones sociales".

En la conferencia de ayer, Carmona se centró en un aspecto concreto de la neurociencia social: "cómo las personas piensan sobre otras personas". Minutos antes de la charla, la investigadora explicó que en estos estudios "ocurre algo muy curioso, y es que, para entender el mundo general, los estímulos externos son suficientes, pero para entender a otras personas, la información sensorial es sólo una parte muy básica, así que tenemos que inferir porque no podemos ver directamente" lo que otros piensan de nosotros.

Esta deducción se realiza a través de dos mecanismos diferentes: la teoría de la mente -"yo teorizo lo que tú piensas mientras hablamos"- y la empatía -"me pongo en tu lugar"-. En la base "más profunda" de estos mecanismos se encuentran las neuronas espejo, descubiertas "casi por accidente" en animales y que, a pesar de no haberse encontrado aún en personas (por los límites éticos en las pruebas en el cerebro), se "intuye", mediante otras pruebas como las resonancias magnéticas funcionales, que también las tenemos. Estas neuronas, explicó Carmona, se activan tanto cuando realizamos una acción como cuando vemos a otra persona llevar a cabo esa actividad.

Al hablar de teoría de la mente y empatía, Carmona quiso aclarar "que no son sinónimos", aunque haya personas que piensen así. Para diferenciarlas, puso "un ejemplo muy claro": las personas psicópatas, que tienen "una muy buena teoría de la mente", ya que "infieren lo que queremos oír y saben manipular", pero, en cambio, tienen "una empatía nula", al ser "completamente sordos a las emociones de las demás personas".


http://www.diariodelaltoaragon.es/NoticiasDetalle.aspx?Id=600892

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