lunes

Viktor Frankl y la Logoterapia

A lo largo del pasado siglo, florecieron toda una serie de modelos de psicoterapia centradas en tratar distintos aspectos del individuo, ya sea desde un punto de vista psicofísico o psicoanalítico o desde la óptica conductual, humanística o transpersonal. Unas han tenido más éxito que otras, pero de todas ellas hay una que me llama especialmente la atención: la Logoterapia.

Desde luego, no puede decirse que sea la que más éxito ha tenido, y me refiero con ello, no sólo a que no haya conseguido penetrar en el acervo sociocultural (como sí lo hizo el psicoanálisis), sino porque tampoco ha tenido más desarrollos intelectuales significativos, aparte de los propios de su fundador, Viktor E. Frankl.

Posiblemente, muchos conozcáis la historia de este hombre, pero quiero recordarla aquí como un pequeño homenaje que hago a su persona y su obra. La historia de Viktor Frankl (1905-1997), tiene un profundo calado en la existencia de un hombre, en el devenir doloroso que le deparaba la vida y que afrontó como un destino del cual entresacar un sentido a su existencia.

Nació y creció en Viena, dentro de la tradición judía. Formado como neurólogo y psiquiatra aceptó la dirección de Neurología del Hospital de Rotschild en 1940 y se casó en 1941. Antes y durante esta época se respiraba en el ambiente sus intelectuales controversias con el psicoanálisis de Freud y la psicología de Adler, dos eminentes representantes de la psicología de su tiempo.

En pleno fervor nazi se vio en la encrucijada de decidir si quedarse con sus ancianos padres o aprovechar el visado a Estados Unidos para desarrollar sus teorías psiquiátricas y escapar de la presión nazi, cada vez más amenazadora. Escogió lo primero.

Al poco tiempo se vio catapultado al infierno. Su padre moría poco después, y mientras era deportado a los campos de concentración se vería separado de su mujer y de su madre, temiendo lo peor. Hicieron añicos el manuscrito de su libro "psicoanálisis y existencialismo", donde exponía los principios de toda su práctica psiquiátrica.

Su desolador periplo por los distintos campos de concentración nazis, sometieron a una dura prueba sus propios principios. Tras ser liberado en 1945, y todavía recuperándose de aquella traumática experiencia, escribió "El hombre en busca de sentido", donde relata en primera persona ese penoso recorrido desde un punto de vista vivencial, de un existir cotidiano, y de cómo sobrevivir en tan penosas condiciones.

Principios de la Logoterapia

El término Logoterapia proviene de la palabra griega "logos", equivalente a "sentido", "significado" o "propósito". Se la ha clasificado como la 'tercera escuela vienesa de psicoterapia'. Siendo la primera el psicoanalisis de Sigmund Freud y la segunda la psicología individual de Alfred Adler. Según la Logoterapia, la fuerza primegenia del ser humano es la búsqueda de sentido a su propia vida (voluntad de sentido), y a Frankl le gustaba contraponer su 'voluntad de sentido' frente a la 'voluntad de placer' del psicoanálisis o la 'voluntad de poder' de A. Adler.

Ahondando un poco en su soporte filosófico, es él mismo quien cita J.P. Sartre, cuando dice que "el hombre se inventa a si mismo, concibe su propia 'esencia'; es decir, concibe lo que es en esencia, incluso lo que debería o tendría que ser. Sin embargo, yo afirmo que nosotros no inventamos el sentido de nuestra vida, nosotros la descubrimos".

Es aquí donde se echa en falta actualizaciones y desarrollos teóricos, basados en los descubrimientos de la moderna neurociencia, donde se evidencia que el cerebro constantemente reinterpreta la realidad que es percibida, el cerebro va creando circuitos neuronales que soportan e impelen determinadas interpretaciones de la realidad, aunque la increíble plasticidad cerebral hace al ser humano capaz de modificar o crear otras redes neuronales para adaptarse a una realidad cambiante; por tanto, si bien no tendríamos que hablar de 'invención' si podríamos denominarlo 'construcción'. El ser humano construye su realidad.

A lo largo del tiempo, la Logoterapia ha sido cuestionada por su concepto noológico [noos= mente, en griego] de "espiritualidad", de autotrascendencia, algo así como basarse en algo intangible y poco objetivo. Sin embargo, como Vicktor reitera:


"Conviene insistir y recalcar que en el léxico de la logoterapia el término espiritual se encuentra ajeno a cualquier connotación religiosa: describe y define antropológicamente la dimensión específicamente humana".
Destaca entre los problemas derivados de la frustración existencial lo que denomina neurosis noógena. Dado que entiende la espiritualidad como una dimensión genuinamente humana, el hombre se afana por encontrar un sentido a la vida, una forma de autotrascendencia, y evitar la frustración de ese sentido. De aquí deduce que el dolor o sufrimiento en la vida no siempre responde a estados patológicos, sino a conflictos existenciales, capaces de generar angustia, pero que bien considerados pueden dar ocasión a un claro desarrollo y crecimiento interior, lo que significaría potenciar la "voluntad de sentido" del sujeto.

Apoyándose en las palabras de Nietzsche "El que tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier cómo", señala que:

"La salud psíquica precisa un cierto grado de tensión interior, la tensión existente entre lo que uno ha logrado y lo que le queda por conseguir, o la distancia entre lo que uno es y lo que debería llegar a ser. Una tensión de esta naturaleza es inherente al ser humano y, por consiguiente, indispensable para su bienestar psíquico".
El vacío existencial

La noción de vacío existencial no está exenta de cierta carga crítica social. "El vacío existencial es la neurosis colectiva más frecuente en nuestro tiempo", señala Frankl. Perdidos los más básicos instintos animales desde los albores de la Historia, el ser humano se ha visto forzado a elegir su propia idea de sí mismo y del sentido de su existencia. La tradición y las creencias religiosas que han soportado su conducta y su dirección a lo largo de la historia, en el mundo moderno se diluyen a pasos agigantados, dando lugar a una especie de tedio social, algo similar a la "neurosis dominical" del trabajador, que no sabe qué hacer con su tiempo libre. Según Frankl, el aumento de casos de suicidio, de la penetración social del mundo de las drogas, incluido el alcoholismo, y el de la delincuencia juvenil, así como las crisis psicológicas de los ancianos, tienen que ver con esta noción de vacío existencial.

"Todo ello sin contar que, con frecuencia, el vacío existencial se presenta bajo máscaras y disfraces. A veces, la frustración de la voluntad de sentido se compensa mediante la voluntad de poder, hasta en su expresión más tosca: la voluntad de tener dinero. En otras ocasiones, el vacío de la voluntad de sentido se rellena con la voluntad de placer. Y eso explica que la frustración existencial suela provocar un desenfreno libidinoso, e incluso que las pulsiones de la libido se mezclen con las agresivas".
Es importante resaltar que la idea de el sentido de la vida, no trata sólo de una gran causa o creencia que dirija todos los avatares de tu existencia, sino en la libertad y la responsabilidad personal ante los distintos aconteceres particulares de la vida: "La logoterapia intenta que el paciente cobre conciencia plena de sus responsabilidades personales; en consecuencia, le fuerza a elegir por qué, de qué o ante quién se siente responsable", declara Frankl, y por si no ha quedado suficientemente claro lo expresa así, criticando lo que llama el 'pandeterminismo' del psicoanálisis y de determinadas posturas educativas:

"[...] Me refiero a la visión del hombre que niega su capacidad para asumir posturas personales frente a las circuntancias, con independencia de cuáles sean. El hombre no está absolutamente condicionado y terminado; al contrario, es él quien decide si cede ante determinadas ciucunstancias o si resiste frente a ellas. En otras palabras, el hombre, en última instancia, se determina a sí mismo. El hombre no se limita a existir, sino que decide cómo será su existencia, en qué se convertirá en el minuto siguiente".
Todo un canto a la libertad bien entendida que, junto con la 'construcción de la realidad', la 'consustancialidad espiritual' del ser humano y el 'vacío existencial', nos encontramos con sendos equipajes ideáticos para una profundización teorética de las bases filosóficas de la logoterapia.

Metodología

Por último, cabe describir sucintamente algunas de sus técnicas más conocidas:

Una de sus técnicas más destacadas es la "intención paradójica": El miedo inducido por la ansiedad anticipatoria ante una posible situación provoca la reproducción de aquello que se teme. El procedimiento consiste en invertir la actitud del paciente, es decir, hacer conscientemente aquello que tanto teme. Imaginaos un simple caso de reiterado insomnio, el miedo del sujeto ante la repetición de no poder dormirse, reproduce la misma situación ansiosa. Una solución pasaría por proponerse la reproducción consciente de lo que se teme, o sea, "esta noche no voy a dormir, no quiero, y me voy a quedar pensando en los pajaritos de mi estrés todo el tiempo"... Apostaría que a los cinco minutos se ha dormido.

La técnica del autodistanciamiento, con el que se anima al sujeto a distanciarse de sí mismo, a verse con ironía. El buen humor es una técnica que permite a uno reírse de sí mismo y conseguir ese distanciamiento necesario para trascender un problema.

Otras técnicas son la 'derreflexión' y la 'modificación de actitudes', donde se analizan los puntos claves del comportamiento que provocan ineludiblemente los conflictos, para hacerlos conscientes y poder ver nuevas actitudes que motiven otras conductas.

Con la dramatización del momento desesperado que vive el sujeto (psicodrama), se permite dar con un escenario adecuado para el siguiente planteamiento: "¿Qué cambiaría usted si tuviera una segunda oportunidad?". Pensado para que esa dormida voluntad de sentido comience de nuevo su tensa andadura.

La mayéutica, más conocida como diálogo socrático, es otra de las técnicas utilizadas en logoterapia, con vistas al autoconocimiento y a precisar la responsabilidad de un individuo ante la libertad de sus acciones.

La logoterapia ha sido precursora a su vez de la motodología psicoterapéutica, hoy llamada 'terapia breve', ya que por la misma idiosincrasia de sus planteamientos lo ha estado llevando a cabo desde sus comienzos, y ha podido comprobar sus efectos duraderos en el tiempo.



http://bitnavegante.blogspot.com/2010/02/viktor-frankl-y-la-logoterapia.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario