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Endorfinas: un soplo de felicidad

Si bien la felicidad depende del equilibrio de las tres realidades del ser humano, cuerpo, mente y alma, el cuerpo, junto a la química que se desarrolla dentro de él, puede provocar en el organismo un estado de bienestar.

Las endorfinas, segregadas por la glándula pituitaria y el hipotalamo ante determinadas situaciones que lo estimulan, son las reinas del universo químico que nos ayuda a ser felices. Esta maravillosa hormona la conocemos desde hace muy poco gracias a la neurocientifica Huda Akil en el 1972.





Ejercicio físico


Es sabido por aquellos que practican regularmente ejercicio, que este, una vez se ha convertido en rutina, se necesita tanto como la alimentación. Aunque aun no está claro a que se debe dicha adicción muchos son los que apuntan a la endorfina como su principal causante.

Un cocainomano rehabilitado, técnico de investigación de IBM, Bill Fox, declaró que la sensación que obtiene después de dos horas de intensa actividad fisica es similar a la obtenida por la cocaina. Por tanto, decía, es ncesario sudar mucho para llegar a obtener esa sensación.





Un ejercicio puede elevar nuestro índice de enforfinas en sangre y provocar con ello una sensación de euforia durante las horas posteriores. Podría decirse con esto que no hay mejor droga para el ser humano que el ejercicio pues adicionalmente a su capacidad para segregar endorfinas añade otros múltiples beneficios como el de la mejora de nuestro sistema respiratorio, cardiovascular, muscular, nervioso, óseo y linfático. Entonces, ¿A qué estás esperando?

Gracias a los estudios del Departamento de Neurociencia de la Universidad de Cambridge y del Instituto Nacional de Envejecimiento de Maryland ahora sabemos que correr regularmente no sólo mejora nuestra capacidad cardiovascular y la segregación de endorfinas, como ya conociamos, sino que además mejora la capacidad intelectual.

Síntesis de la hormona

Las endorfinas son extremadamente dificiles de sintetizar debido a que su vida útil es muy corta. Lo único que podemos hacer por tanto para obtenerlas es tratar de generarlas de forma natural por nuestro organismo. Aparte del ejercicio físico, la risa, el masaje, cantar, bailar, practicar sexo... pueden provocar su segregación.





Una taza de café, se convierte en un estupendo vínculo social, pues además de la parada en nuestra actividad productiva nos sube el nivel de enforfinas y nos hace más amables.

Terapia contra el dolor

Por ser un buen antidoto contra el dolor la habilidad para segregarlas supone una excelente terapia en múltiples dolencias. Se asegura que su potencia analgésica es hasta diez veces mayor que el de la morfina con la ventaja añadida de no presentar ningún efecto secundario.

Pacientes con fibriomialgia, que tienen un bajo umbral del dolor, pueden obtener gran mejoría gracias a cualquier mecanismo que propicie la generación de endorfinas.



http://www.juanramonruiz.com/2010/02/endorfinas-un-soplo-de-felicidad.html

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