El mundo espiritual habitúa a tener un sesgo ludita. Los místicos suelen considerar la tecnología como un subproducto de la modernidad racionalista/materialista. No es el caso del transhumanismo, un movimiento que confía en la tecnología como medio para trascender nuestro frágil y limitado cuerpo físico y así tender hacia una versión mejorada del homo sapiens, lo que llaman “post-humanos”. Pero no sólo de circuitos vive el posthumano; la meditación, la contemplación o las sustancias visionarias también son caminos válidos para saltar al próximo nivel evolutivo.
Una de las gacetas oficiosas de este singular movimiento –que echó a andar en EEUU hace la friolera de 50 años- es la revista HPlus, que puede leerse íntegramente en Internet. En su último número, el monje zen Mike Latorra se hace la pregunta que encabeza este artículo. La respuesta, lo han adivinado, es “sí”. La explicación:
La Iluminación (que en realidad debería llamarse Despertar) es, en esencia, el cuarto estado de la consciencia además de la vigilia, el sueño y el sueño profundo (…) La mejora gradual del cuerpo humano mediante la fusión con las máquinas dará lugar a un híbrido: el cyborg. Cualquier sistema complejo (como un humano o un ordenador avanzado de Inteligencia Artificial) dotado de autoconsciencia puede lograr la Iluminación (…) Los cyborgs puede lograr cualquier cosa accesible a los humanos e incluso más.
El artículo de Latorra sirve de presentación en sociedad del Proyecto Ciber Buda, cuyo objetivo es “discutir el impacto que la neurociencia y las neourotecnologías emergentes tendrán en la felicidad, espiritualidad, libertad cognitiva, el comportamiento moral y la exploración de estados mentales estáticos y meditativos”. Ahí es nada.
¿Palabrería vacua? Es posible. El transhumanismo y su hija pródiga, la Extropía, se caracteriza por debatir hasta la saciedad las posibilidades futuras de mejora de la raza con la esperanza de que sea otro quien aplique en sus carnes los implantes que amplifiquen los sentidos y abonance el sistema nervioso del ser humano. La cyborgización queda así como tarea sine die en el cuaderno de deberes de los transhumanos.
Valora en Bitacoras.com: El mundo espiritual habitúa a tener un sesgo ludita. Los místicos suelen considerar la tecnología como un subproducto de la modernidad racionalista/materialista. No es el caso del transhumanismo, un movimiento que confía en l…..
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Acaso quien confía en las potencialidades de los “nuevos humanos superdotadosdel futuro” en aspectos de trascedencia y acceso a nuevas realidades del conocimiento y de la superación moral, ética, etc, etc, etc, tácitamente proclaman su personal y particular pobreza espiritual, la cual no les ha permitido acceder (a ellos, los que dicen lo que dicen) a esferas interesantísimas, apasionantes y perfectamente accesibles por las personas ahora, no después, relacionadas con ser testigos del surgimiento de nuevas realidades de la vida aquí y ahora, en virtud de las destrezas que es posible cultivar llevando una vida dedicada a pocas pero eficientes y eficaces cosas, tendientes al mundo de la creatividad y la apertura de nuevas visiones del mundo.
La poesía del mundo está aquí; su plenitud también está aquí, y las herramientas para vivirlas también, sumado a los sentidos necesarios, factibles de ser exacerbados aquí y ahora en pos de obtener la sinergia de cada uno de ellos (de los sentidos) para su unificadora potenciación.
No porque pueda ver más lejos, ni correr más veloz, ni dormir más, ni pensar más rápido, ni sacar cuentas más velozmente – por separado – estaré en condiciones de entrar a nuevos universos.
Lo poco y nada, en su debida fuerza, eçnefasis y dirección obra el milagro, no lo inmensamente alejado de las proporciones que llevamos como parte de nuestro bagaje genético…
http://www.cookingideas.es/%c2%bfpuede-un-cyborg-conseguir-la-iluminacion-respuesta-provisional-si-20100211.html
Una de las gacetas oficiosas de este singular movimiento –que echó a andar en EEUU hace la friolera de 50 años- es la revista HPlus, que puede leerse íntegramente en Internet. En su último número, el monje zen Mike Latorra se hace la pregunta que encabeza este artículo. La respuesta, lo han adivinado, es “sí”. La explicación:
La Iluminación (que en realidad debería llamarse Despertar) es, en esencia, el cuarto estado de la consciencia además de la vigilia, el sueño y el sueño profundo (…) La mejora gradual del cuerpo humano mediante la fusión con las máquinas dará lugar a un híbrido: el cyborg. Cualquier sistema complejo (como un humano o un ordenador avanzado de Inteligencia Artificial) dotado de autoconsciencia puede lograr la Iluminación (…) Los cyborgs puede lograr cualquier cosa accesible a los humanos e incluso más.
El artículo de Latorra sirve de presentación en sociedad del Proyecto Ciber Buda, cuyo objetivo es “discutir el impacto que la neurociencia y las neourotecnologías emergentes tendrán en la felicidad, espiritualidad, libertad cognitiva, el comportamiento moral y la exploración de estados mentales estáticos y meditativos”. Ahí es nada.
¿Palabrería vacua? Es posible. El transhumanismo y su hija pródiga, la Extropía, se caracteriza por debatir hasta la saciedad las posibilidades futuras de mejora de la raza con la esperanza de que sea otro quien aplique en sus carnes los implantes que amplifiquen los sentidos y abonance el sistema nervioso del ser humano. La cyborgización queda así como tarea sine die en el cuaderno de deberes de los transhumanos.
Valora en Bitacoras.com: El mundo espiritual habitúa a tener un sesgo ludita. Los místicos suelen considerar la tecnología como un subproducto de la modernidad racionalista/materialista. No es el caso del transhumanismo, un movimiento que confía en l…..
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Acaso quien confía en las potencialidades de los “nuevos humanos superdotadosdel futuro” en aspectos de trascedencia y acceso a nuevas realidades del conocimiento y de la superación moral, ética, etc, etc, etc, tácitamente proclaman su personal y particular pobreza espiritual, la cual no les ha permitido acceder (a ellos, los que dicen lo que dicen) a esferas interesantísimas, apasionantes y perfectamente accesibles por las personas ahora, no después, relacionadas con ser testigos del surgimiento de nuevas realidades de la vida aquí y ahora, en virtud de las destrezas que es posible cultivar llevando una vida dedicada a pocas pero eficientes y eficaces cosas, tendientes al mundo de la creatividad y la apertura de nuevas visiones del mundo.
La poesía del mundo está aquí; su plenitud también está aquí, y las herramientas para vivirlas también, sumado a los sentidos necesarios, factibles de ser exacerbados aquí y ahora en pos de obtener la sinergia de cada uno de ellos (de los sentidos) para su unificadora potenciación.
No porque pueda ver más lejos, ni correr más veloz, ni dormir más, ni pensar más rápido, ni sacar cuentas más velozmente – por separado – estaré en condiciones de entrar a nuevos universos.
Lo poco y nada, en su debida fuerza, eçnefasis y dirección obra el milagro, no lo inmensamente alejado de las proporciones que llevamos como parte de nuestro bagaje genético…
http://www.cookingideas.es/%c2%bfpuede-un-cyborg-conseguir-la-iluminacion-respuesta-provisional-si-20100211.html
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