jueves

Naufragos

El cerebro está de moda. Mola.

Los neurocientíficos (físicos, matemáticos. biólogos, químicos, lógicos, lingüistas, filósofos, psicólogos... y algunos psiquiatras y neurólogos atípicos) no dejan de aportar datos sobre la vida de las neuronas.

Las Neurociencias debieran haber cambiado el modo de operar de los médicos en algunos terrenos.

La Neurobiología del dolor debiera estar de moda, en boca de profesionales y ciudadanos pero los pacientes siguen pensando que...

- Todo esto es muy interesante pero muy complejo y no creo que me vaya a solucionar nada.

Seguimos atados angustiados al madero de las terapias, de fármacos, agujas, meditaciones, dietas y conjuros.

Necesitamos soltar las manos de las supuestas soluciones y tratar de aprender a flotar en el agua.

Me he despertado con esta reflexión para escribir la entrada y me encuentro con un testimonio desgarrado de una paciente migrañosa, María, que, justamente describe la situación de niña asustada que no consigue soltarse de los calmantes porque tiene a su lado un carcelero atento que le atiza con el dolor si intenta hacerlo.

María vive enganchada por dictado de la migraña a los fármacos, a los triptanes.

Su cerebro exige con el dolor que se consuman esas moléculas, cuya única aportación es introducir algún confuso y modestísimo cambio en la complicada química de la ejecución de la orden cerebral de mantener la alerta roja en la cabeza.

El cerebro de María no es capaz de conceder un momento de sosiego si no dispone de la garantía de que se ha tomado "la pastilla".

No es un problema químico. Es un temor cerebral absurdo que niega el derecho a la vida.

¿Cómo se llega a esta situación?

No son los genes de la migraña. No existen.

No son los desencadenantes, los cambios hormonales, las perturbaciones meteorológicas, los estreses de la vida moderna ni la contaminación.

La migraña es la consecuencia de un adoctrinamiento. Es un producto cultural. Un encadenante.

La cultura no es sólo una herramienta intelectual que nos capacita para poder leer libros, ver monumentos y escuchar conferencias. La cultura envuelve al recién nacido e interviene poderosamente en la configuración de sus programas motores, emocionales y perceptivos. La cultura guía el proceso de catalogación de lo que es peligroso e inconveniente.

La cultura convierte la cabeza, el lugar más protegido del organismo, en un enclave sensible, vulnerable, al que le pueden afectar, según sus proclamas, todo tipo de variaciones irrelevantes (respecto a la integridad física).

La cultura sobre dolor de cabeza está rebosante de insensateces biológicas, de supersticiones y falsedades, proclamadas por una variopinta corte de sanadores que no tienen ningún recato en sostener teorías y prácticas desprovistas del más mínimo fuste teórico.

El cerebro humano está socializado. Actúa a golpe de enculturación. El sistema de defensa neuronal está socializado. Nos defiende de los enemigos que contempla su adoctrinamiento.

El cerebro está protegido contra la necrosis (el único suceso que justifica el encendido del dolor) por el cuero cabelludo, el cráneo, las meninges y la barrera hematoencefálica. Vive en un recinto sólido, con todo tipo de previsiones evolutivas que garantizan su integridad.

Falta la barrera cognitiva, la que debiera protegernos de las falacias.

- Se han producido avances espectaculares en el conocimiento de la migraña, que facilitarán nuevos fármacos en el futuro.

En 1992 se anunció a bombo y platillo en los titulares de los informativos el fin de la migraña. Habían aparecido los triptanes, familia de activadores de un determinado tipo de receptores de serotonina, que según sostenían sus promotores, marcaban una nueva era, un antes y un después.

La migraña sigue ahí, probablemente con más presencia y saña que en 1992.

- En la lucha contra la migraña necesitamos promover la información. No se hacen las cosas bien. Si los ciudadanos conocieran y aplicaran nuestra doctrina todo estaría razonablemente controlado...

Los neurólogos que proclaman esta recomendación tienen una incidencia de migraña casi diez veces superior a la de los ciudadanos que deben atender.

¿Más información... de lo mismo?

Me temo que, como es bien sabido, todo puede empeorar aún más.

La migraña no aflojará hasta que haya un proceso profundo de saneamiento sobre lo que se dice, se cree y se teme sobre ella.

Mientras no llegue esa renovación habrá muchos pacientes como María, agarradas a los triptanes o a lo que sea porque no ven la manera de encontrar el alivio.

- La migraña crónica es debida al abuso de analgésicos...

Es lo que sostienen los neurólogos en sus congresos...


- Tiene que dejar los calmantes. Tiene usted adicción. Está enganchada


- Ustedes me recomendaron que me los tomara tan pronto como notara el dolor...


- Ya, pero una cosa es el uso y otra el abuso...


Si el barco se hunde hay que salir de él y echarse al agua no para ahogarse sino para agarrarse a algo que flote y llegar a la orilla, que está más a mano de lo que se piensa...



http://arturogoicoechea.blogspot.com/2010/01/naufragos.html

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